MARIA OLIVER MIR
María Oliver Mir (Palma, 1930), su gran afición al ballet a la pintura, al piano y a la poesía la caracterizan. Practica de manera autodidactica, ballet hasta los 23 años Estas aficiones y cualidades artísticas, le viene de familia, su abuelo fue el pintor Jaime Mir y Morro, catedrático de Bellas Artes de Palma de Mallorca, su tío Enrique Vaquer grabador Jefe de la Casa de la Moneda y Timbre de Madrid. Su padre profesor de canto y piano de la Escuela de Artes y Oficios de Palma.
Inicio sus estudios en la Academia de Xam y Mª Luisa Magraner, Por motivos de salud deja la pintura por unos años y reemprende los estudios en el taller del pintor Francisco Gaita, Para después seguir con el pintor Pascual de Cabo.
De cada uno de ellos va aprendiendo, valorización, perspectiva, armonización, etc.…….
En 1969 participo en la exposición colectiva del Salón de Otoño de Bellas Artes.
En 1982, decide montar su taller impartiendo clases durante 24 años.
En su primera exposición individual, en la galería J. S. en el año 1978, en la crítica de Cristóbal Borras, textualmente escribe; “ Esta primera exposición de María Oliver será el paso decisivo hacia una mayor seguridad expresiva y servirá para potenciar estas cualidades que surgen esplendorosas en sus telas de flores y en estos pequeños y entrañables paisajes que recrean momentos reales y fugaces y casi inaprehensibles que solo se detienen para siempre por obra y gracia de la paleta y los pinceles casi mágicos de una artista”.
Después desde 1979 expone periódicamente en el Círculo de Bellas Artes.
Bodegones, flores y paisajes. Son unas pinturas muy correctas y atractivas. La pincelada está aplicada con soltura y es portadora de unos tonos cromáticos adecuados a la realidad y modificados por acertados juegos lumínicos. Pintura hecha al clásico modo y que, dignamente plasmada, posee el atractivo de lo bello (Círculo de Bellas Artes 1988 firmado por Rafael Perello Paradelo
Palabras de presentación en la exposición de 23 de octubre de 1995, Antonio García de la Rosa.
Extractos; Me atrevería a decir María que la contemplación de tus cuadros conduce necesariamente a una especie de éxtasis “neoplatónico”, es decir a una suprema visión que une a quién lo observa con el alma misma de quién les dio vida; una etapa final que, de esta manera subyuga y se apodera de quienes tenemos la suerte de situarnos delante de su obra y va más allá de la simple percepción sensorial hasta lograr la auténtica comunión anímica de autora y espectador.
A lo largo de su trayectoria como artista, participo en numerosas exposiciones colectivas junto con otros artistas, conocidos en Mallorca.